¿Estás pensando en reunificar los créditos personales? Estos son los principales puntos que has de conocer al respecto, y que servirán para decidirte por una opción concreta.
Qué supone reunificar los créditos personales
Pues bien, lo primero es saber en qué consiste una reunificación de deuda, ya sea de créditos personales o de cualquier otra naturaleza. Consiste en unir las que son todas las deudas pendientes para que se quede en una sola deuda. De este modo, en lugar de pagar varias cuotas mensuales, se pagará una sola… pero con unos intereses considerables.
Se trata, en esencia, de solicitar un préstamo para pagar los diferentes créditos personales y quedarse con uno solo. Para poder hacerlo, el primer paso es saber cuánto queda por abonar de cada préstamo que se pueda tener. El total será el importe que se necesitará para hacer dicha reunificación. En función de la cantidad que quede, la reunificación de deudas se tendrá que hacer mediante una hipoteca o ampliando la existente, o solicitando un préstamo personal.
Conviene que sepas, como hemos anticipado, que pese a las aparentes ventajas, reunificar los créditos personales implicará una extensión de la duración del préstamo y, con ello, costes extra.
Modos de reunificar los créditos personales
Así pues, ahora que ya sabes en qué consiste la reunificación de deudas, es importante conocer los diferentes modos por los que lo puedes hacer.
Reunificación de deudas con un préstamo específico
Este tipo de reunificación se hará pidiendo un préstamo convencional que permita conseguir el dinero total que se necesita para saldar las deudas dispersas y quedarse así con una sola cuota mensual.
Reunificar deudas con garantía hipotecaria
Si la deuda ya es más elevada, lo más habitual es recurrir a un préstamo con garantía hipotecaria. Esto significa que la garantía de pago última es la vivienda del titular del préstamo. Por lo general, se suele dar entre el 30 y el 40% del valor de mercado que tiene la vivienda en cuestión y se ofrece un plazo de 15 a 20 años para su devolución. Este tipo de productos suelen ofrecerlos intermediarios financieros y empresas prestamistas. La condición aquí es que la casa esté libre de cargas y que la cuota resultante se pueda afrontar.
Ante estos casos antes de pensar en reunificar una deuda que pueda ser ya más elevada, hay que tener en cuenta que acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad será la mejor opción.
Mientras que con la reunificación de deuda debes seguir pagando el capital total pendiente, con este mecanismo legal, si reúnes los requisitos, podrás evitar hacerlo parcial o totalmente. Empezarás de cero sin tener que hacer frente a una nueva negociación con la entidad de crédito y acabando, de manera legal e irrevocable, con tu deuda.
Reunificar préstamos con hipoteca nueva
Otra posibilidad pasa por solicitar una hipoteca al banco para reunificar las deudas. En cualquier caso, como decimos, a diferencia de lo que ocurre con la Ley de Segunda Oportunidad, tendrás que seguir afrontando con esta opción la totalidad de la deuda.
Además, generalmente, al reunificar una deuda el plazo para abonar la totalidad de la misma se amplía. Esto quiere decir que estarás aún más tiempo pagando una cuota hasta lograr su devolución.
Ampliación de la hipoteca
Ampliar una hipoteca que ya puedes tener es otra de las opciones posibles. Si ya tienes una hipoteca vigente, así como otras deudas, tendrás la posibilidad de juntarlas todas ampliando el capital de la hipoteca y así emplear el dinero para cancelar el resto de créditos. Eso sí, siempre que el banco esté conforme con ello.
Ampliación de capital de un préstamo vigente
Ampliar el capital de un préstamo vigente para así cancelar el resto de créditos es otra de las opciones. De este modo se pagará una sola mensualidad. No obstante, es importante revisar las condiciones nuevas porque generalmente suele ir asociado a un tipo de interés más alto..
La Ley de Segunda Oportunidad, una opción mejor frente a la reunificación de deudas
Si buscas reunificar los créditos personales porque no puedes afrontar tantas cuotas, piensa en optar por la Ley de Segunda Oportunidad. Si cumples los requisitos para ello, entre los que se encuentra encontrarse en situación de insolvencia y ser una particular o autónomo, no tendrás que seguir endeudado. Podrás solicitar la cancelación parcial o total de la deuda. Todo ello, de manera legal e irrevocable.
Además, si estás en algún fichero de morosos saldrás automáticamente, según marca la legislación vigente. En definitiva, este mecanismo sí te permitirá empezar de cero y no será una solución ‘parche’ como puede ser optar por la reunificación de deudas en la que apenas cambia nada.
En Ecualitas somos expertos en Ley de Segunda Oportunidad y podremos ayudarte con ello. Ponte en contacto con nosotros, estudiaremos tu caso y te asesoraremos. ¿Hablamos?