En los últimos años ha crecido el número de personas que tienen deudas con un fondo buitre, porque estas entidades de inversión se están dedicando a comprar la deuda a otras empresas. Sin embargo, no tienen ninguna preferencia a la hora de exigir el cobro, son como cualquier otro acreedor normal, y los importes que se les adeudan también pueden llegar a prescribir.
¿Qué es un fondo buitre?
Los conocidos como fondos buitre son entidades de inversión que han recibido este sobrenombre porque se dedican a adquirir títulos de deuda a empresas o personas cuya solvencia está tan comprometida que están al borde de la quiebra. Compran el crédito a un precio inferior al de su valor y luego se dirigen contra los deudores para cobrar el importe adeudado más los intereses de demora.
Lo vas a ver más claro con un ejemplo:
Imagina que hay una empresa que ofrece X servicios, pero las cosas no le han ido bien y está al borde la quiebra. A pesar de no tener liquidez, sí tiene a su favor créditos por valor de 200 000 euros que le adeudan sus clientes y que no consigue cobrar. En ese momento, aparece un fondo buitre y le ofrece comprarle estos títulos de crédito por 100 000 euros.
A la empresa le viene bien, porque obtiene una liquidez que puede permitirte continuar su actividad. A cambio, el fondo buitre se convierte en acreedor de todos esos clientes que tenían la deuda pendiente, y va a exigir a los mismos el importe total de lo adeudado más los intereses de demora. Si la operación sale bien, el fondo debería poder cerrar la operación con un elevado nivel de ganancia.
En otros casos, lo que hace directamente el fondo buitre es venderle esos títulos de crédito que ha comprado a otra entidad similar, y así obtiene también rentabilidad.
¿Cuándo prescribe la deuda con un fondo buitre?
Si como deudor te has encontrado con que tu acreedor original ha vendido la deuda a un fondo buitre y que este es ahora quien te reclama el pago, debes tener claro que en estos casos también opera la prescripción.
La prescripción es una figura jurídica que determina la extinción de la obligación de pago si el acreedor no ejerce su derecho a reclamar el pago durante un determinado período de tiempo. Según lo que dispone el Código Civil, el plazo general de prescripción de las deudas es de cinco años. Se refiere aquí la normativa a deudas derivadas de una tarjeta de crédito, de un préstamo, etc. Por el contrario, si la deuda es hipotecaria, no prescribe hasta los 20 años.
Para que opere la prescripción, es necesario que el fondo buitre no te reclame nada en ese período. Por ejemplo, imaginemos que un fondo compra a una entidad bancaria tu deuda de la tarjeta de crédito y se pone en contacto contigo para informarte de que es tu nuevo acreedor y reclamarte el pago. Supongamos que recibes esa notificación el 1 de febrero de 2022, no pagas, y no vuelves a saber nada más de tu acreedor. Pasados cinco años, es decir, el 1 de febrero de 2027, se produce la prescripción, y el acreedor ya no tiene derecho a exigirte el pago.
Ahora bien, si resulta que tu acreedor vuelve a contactar contigo el 5 de marzo de 2025, se interrumpe la prescripción y el plazo de cinco años vuelve a contar desde cero a partir de ese momento. Esto implica que, si el acreedor juega bien sus cartas, la deuda puede no prescribir nunca, siempre y cuando se tome la molestia de reclamarte cada cierto tiempo.
¿Es viable la prescripción de una deuda con un fondo buitre?
Estas entidades viven de comprar deudas baratas e intentar obtener por ellas lo máximo posible, así que son muy insistentes. Es muy raro que se produzca la prescripción porque se pasan la vida reclamando. De hecho, la conducta de muchas de ellas es muy cercana al acoso, con constantes llamadas y avisos por correo al deudor.
Así que, si tienes una deuda con una entidad de este tipo, no tengas demasiadas esperanzas en que se produzca la prescripción y prepárate para recibir llamadas de recobro en cualquier momento. Por suerte, sí hay algo que puedes hacer para librarte de las deudas y del acoso telefónico: solicitar un procedimiento de segunda oportunidad.
Si no pagas la deuda porque estás en una situación de insolvencia actual (no dispones de dinero suficiente para atender al pago de todas tus obligaciones), puedes solicitar la exoneración de las deudas mediante un procedimiento de segunda oportunidad. En cuanto presentes tu solicitud, el acoso debe cesar, puesto que el acreedor ya no puede hacer nada hasta que el juez tome su decisión. Por muy poderoso que sea el fondo buitre, tendrá que atenerse a la legalidad y abstenerse de seguir exigiendo el pago. ¿Quieres iniciar un procedimiento de segunda oportunidad para mejorar tu situación económica y empezar desde cero? ¡Nuestro equipo está aquí para ayudarte!